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La piedra removida

Niubes Georgina PERNAS CARCAJAL


 

 
Estoy bañada del azul como la mañana de La Resurrección.
Como Salomé y las otras Marías. Con temor y gran gozo.
Mujeres que en el camino se decían entre si:
¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?
Que era muy grande.
Yo también, en el camino, temo a las piedras. Me asusto y lloro.
 

Estoy bañada del azul como la mañana de La Resurrección.
Como aquellos discípulos que le adoraban, pero dudaban.
Yo también, aunque dude, adoro.
Pero, cuando escucho su voz: -No temáis
Esa voz que aunque estén las puertas cerradas, pasa, se pone en medio de todos y nos dice: - Paz a vosotros. Resucita en mí la esperanza.
Recuerdo la voz, como aquel en el Monte Horeb:
-Quita el calzado de tus pies, porque el lugar que pisas, santo es”
…Observo mis zapatos. Los viejos, me hablan de lo mucho que he caminado; y los nuevos, de lo mucho que me falta por caminar, con mis plantas firmes sobre nuestro suelo; proclamando el mensaje del hijo del carpintero, del Hijo de Hombre, del Hijo de Dios; nuestro Salvador.
 

Estoy bañada del azul como la mañana de La Resurrección.
Como aquel siervo de Dios en el Areópago ateniense.
Segura que no procederán como aquellos filósofos, que en ninguna otra cosa se interesaban, sino en oír y decir algo nuevo.
Porque estoy entre los niños y los ancianos; entre los obreros y jubilados; entre las amas de casas y los que sudan en las fábricas y en el surco; entre los que pastorean en los templos y en las calles; entre los que dirigen y los que siguen; en fin, entre los que necesitan y desean oír Su Palabra; que no consiste en poder ni sabiduría humana, sino en el Amor de Jesús.
Necesito medir el amor; decididamente, como nos enseñó aquella cubana, la de La Casa y la de las rosas: -Voy a medir el amor con una cinta de acero, por una punta clávala en la montaña, por la otra lánzala al viento.
Entonces, dejaré de mostrar mi piel tatuada de razones y de decir que supe obviar la embestida para no caminar descalza sobre cenizas después de noches de volcanes.
Tengo el cabello de la que lleva más de medio siglo creyendo en La Piedra Removida, en la Victoria de Jesucristo sobre la muerte.
Por ello digo con la convicta serenidad de los años en Cristo:
Estoy bañada del azul como la mañana de La Resurrección,
-¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? -
-¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?-
-¡Sorbida es la muerte en victoria!-

 

Niubes Gerogina Pernas Carcajal

Holguín, Cuba

 


 



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