LA REDENCIÓN, INICIATIVA DE DIOS, CRISTO LA TRAE A LOS HOMBRES

TERCER DOMINGO DE CUARESMA


26 de febrero de 1978

Exodo 17, 3-7
Romanos 5, 1-2. 5-8
Juan, 4, 5-42

 

Queridos hermanos:
 

INTRODUCCIÓN: PEREGRINACIÓN ESPIRITUAL HACIA LA PASCUA

En esta Cuaresma, queridos hermanos, los verdaderos cristianos no olvidan que nos encontramos en una peregrinación espiritual hacia una meta bien definida: la celebración de la Pascua. Y así será de fructuosa la Pascua para nosotros -la muerte y la resurrección de Cristo- en la medida en que esta peregrinación espiritual de la Cuaresma la hayamos hecho con verdadero anhelo de redención y vida eterna. Pero así como toda peregrinación es un caminar en medio de realidades y corremos el peligro de quedamos distraídos en el camino o equivocar el camino hacia la meta, hemos de ver cada domingo la luz de la palabra que nos gula y, al mismo tiempo, las realidades que nos rodean para iluminarlas. Yo, peregrino de la Cuaresma, ¿qué debo pensar de estas realidades a mi alrededor?
 

HECHOS DE LA SEMANA

SOLIDARIDAD CANADIENSE CON LA ARQUIDIÓCESIS

Hoy, por ejemplo, al saludar con cariño fraternal a este sacerdote canadiense, el P. Guillermo Smith de la diócesis de Prull, Quebec, y recibir de parte de él un saludo fraternal del obispo de aquella diócesis de Prull, quiero sentir con toda la Arquidiócesis un estimulo de solidaridad. Agradezcámosle al Señor estos gestos fraternales que han abundado en estos días de parte de obispos, de comunidades, de cristianos de otras partes. Pero compartir nuestra concelebración de la Misa, es sentir que esta Iglesia no va sola y que vamos peregrinando con todos aquellos que sinceramente quieren sentir con la Iglesia.
 

GESTOS PROFÉTICOS DE NICARAGUA Y FRANCIA

Por eso, en este marco, diríamos internacional, quiero evocar aquí dos noticias de la semana: de Nicaragua nos llega la noticia de una multa impuesta a una emisora por haber transmitido parte de la Carta Pastoral de los Obispos que declararon que no podían callarse ante las injusticias y violaciones de los derechos humanos en aquel pueblo. Del Arzobispo Cardenal de París, la noticia también por la prensa, de que no quiso celebrar una misa que le pedía el Gobierno de Argentina, en el centenario del nacimiento del General San Martín, en atención a que dos religiosas francesas han desaparecido y se quiere el esclarecimiento de este crimen. Como ven, hermanos, gestos proféticos que apoyan las actitudes de nuestra Arquidiócesis queriendo ser fiel a su Evangelio. Es hermoso que los hermanos cristianos de Nicaragua estén ayudando a pagar esa multa como solidarios con la voz del Episcopado.
 

INCENDIOS EN SAN SALVADOR

En esta semana también hemos visto un reaccionar -esperamos que saludable y eficaz- contra esa ráfaga de incendios. De parte de la Iglesia yo sólo quiero recordar esto: que aquel que causa un daño en los bienes ajenos, está obligado a la restitución. No sabemos, es un misterio el por qué de estos incendios, pero ciertamente si son voluntarios y con ello se pretende hacer daño a una persona, el criminal, el incendiario, está obligado en conciencia a restituir por el fraude o el engaño que quiso hacer con ese incendio. La moral es intransigente en esto, y para dar una absolución sacramental a un pecador que ha cometido un pecado como éste, antes de absolver al pecador, le pide que restituya; y si no, es indigno de la absolución.
 

ANUNCIO DEL SEMINARIO DE REFORMA EDUCATIVA

También se anuncia ya para los próximos meses, un seminario sobre reforma educativa. Por las noticias sabemos que han sido invitados a participar: el Presidente de la Cámara de Comercio, el Presidente de ANEP, el Rector de la Universidad. Esperamos que también se tenga en cuenta la capacidad educativa de la Iglesia que tiene gran influencia en nuestro medio. La exclusión de ese sector educativo podría ser fatal, porque haría muy parcial una reforma educativa que tiene que ser de mucha trascendencia para un pueblo mayoritariamente católico.
 

CONFLICTOS LABORALES

Llegan a nuestra oficina de Socorro jurídico, siempre muchas anomalías. No se logran arreglar los conflictos laborales en el Centro de la Azucarera Izalco y en el Sindicato de la Unión de Trabajadores de la Construcción. Hay quejas también de campesinos buscando terrenos y quienes puedan facilitarles para subsistir, con la angustia de que ya llegan las lluvias y no tienen dónde sembrar para sus familias. Yo quiero recordar esta palabra de la encíclica de Pablo VI, Populorum Progressio en el número 23: "Si alguno -cita aquí las palabras de la carta de San Juan- tiene bienes de este mundo y viendo a su hermano en necesidad le cierra sus entrañas, ¿cómo es posible que resida en él el amor de Dios?". Y el Papa Pablo VI comenta: "La propiedad privada no constituye para nadie un derecho incondicional y absoluto, no hay ninguna razón para reservarse en uso exclusivo lo que supera a la propia necesidad cuando a los demás les falta lo necesario. El derecho de propiedad no debe jamás ejercitarse con detrimento de la utilidad común". Según la doctrina tradicional de los Padres de la Iglesia y de los grandes teólogos: "Si se llegase al conflicto entre los derechos privados adquiridos y las exigencias comunitarias primordiales, toca a los poderes públicos procurar una solución con la activa participación de las personas y de los grupos sociales".
 

DENUNCIAS DE CAPTURAS Y DE DESAPARECIDOS

Llegan también, hermanos, muchas denuncias de capturas, de desaparecidos. Quiero destacar, en una avalancha de correspondencia que llega al Arzobispado acerca de Amnistía Internacional sobre desaparecidos, el caso de la señorita Lil Milagro Ramírez. Y me ha conmovido una carta de una cristiana francesa; esta, sí, dirigida en original a mí y dice: "Monseñor: Es una cristiana la que le escribe y que está por la abolición de la tortura. Nosotros estamos lejos y no podemos hacer otra cosa que escribir y dirigimos a un ministro de Jesucristo. ¿Entiende Ud. mi llamamiento?" ¿Cómo no lo voy a entender? ¡Gracias a Dios ha sido nuestra voz! Y sentimos que este apoyo internacional nos da fuerza para preguntar lo que estamos preguntando hace mucho tiempo: ¿Dónde están los desaparecidos? En reunión con madres de reos o de desaparecidos, hemos sufrido la angustia de quienes ven como una nube de polvo que se tiende sobre ese dolor, cuando se quiere desmentir este atropello tan cruel a tantos hogares. ¡Siquiera se les informe! ¿dónde están?
 

AGRADECIMIENTO POR EL HOMENAJE DEL PRIMER ANIVERSARIO DE MI EPISCOPADO

Queridos hermanos, dentro del ámbito nuestro, como hogar de la Iglesia, quiero mencionar también este marco histórico de la semana. Ante todo, agradecer a mi querida Arquidiócesis con sus sacerdotes, religiosos y fieles, el cariñoso homenaje del recién pasado 22 de febrero, para celebrar el primer aniversario de mi episcopado en esta querida Arquidiócesis. La Catedral, ese día de la Cátedra de San Pedro, hizo aquí una manifestación preciosa de solidaridad con su Obispo; y, a través del Obispo, con la sede de Pedro. Esta es la unidad de nuestra Iglesia que yo quiero agradecer. De manera especial el discurso del Padre Jesús Delgado, que algunos naturalmente consideraron como ofensivo, mal intencionado. Ya sabemos, pero queremos decir aquella palabra de Cristo: "Si tu ojo fuera limpio, todo tu ser sería lúcido; pero como tus intenciones tal vez están compradas o son sucias, todo lo ves turbio".

De todas maneras, hermanos, yo no quiero -como lo dije en aquella misma ocasión- ser un ídolo; jamás permitiré yo convertirme en un ídolo de muchedumbres y engañar así; porque: "Maldito el hombre que se apoya en la carne", dice la Sagrada Escritura. Lo que dije aquí cuando me hicieron el honor del Doctorado Honoris Causa, sólo quiero ser un signo como Juan Bautista: desaparecer la persona y que crezca la palabra eterna del mensaje de Cristo. Si en este sentido se me tributan homenajes, en lo personal ¡cómo quisiera rehuirlos!, pero cuando los enfoco hacia Cristo, el Buen Pastor, y la fe de ustedes descubre en mi pobre persona el eterno mensaje de El Salvador, tengo que acogerlo y presentarlo como un ramo de rosas frescas al Divino Sacerdote, a Cristo Nuestro Señor. Así, pues, el agradecimiento es de parte de nuestra fe, y para invitarlos a seguir fortificando cada vez más nuestra amistad con el obispo para ofrecerlas juntos a aquel que es el centro de nuestra religión, Nuestro Divino Salvador Jesucristo.
 

ANUNCIO DE LA CELEBRACIÓN DEL PRIMER ANIVERSARIO DEL ASESINATO DEL P. RUTILIO GRANDE

En este sentido de fe, también, yo les anuncio que vamos a celebrar el aniversario del asesinato del P. Rutilio Grande y de sus dos campesinos: Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus. La fecha propiamente es el 12 de marzo, pero por prudencia y para que no se miren malas intenciones, lo vamos a anticipar. El próximo domingo celebraremos una misa en el Paisnal; y aquí en la Catedral, el sábado 11 al medio día, a las 11, los hermanos sacerdotes del P. Grande concelebrarán una Eucaristía. Tenemos, hermanos, la obligación de recoger el recuerdo de nuestros queridos colaboradores; y si han muerto bajo un signo martirial, recoger también su ejemplo de entereza, de valor, para que esa voz que quisieron acallar con la violencia no se muera, sino que siga siendo el grito de Jesucristo: "No temáis a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero dejan vibrando la palabra y el mensaje del eterno Evangelio".
 

CELEBRACIÓN DE LOS CAIDOS EN LA PLAZA LIBERTAD

En este mismo sentido, también se ha solicitado la celebración de una Misa en la Iglesia de El Rosario, el 28 de febrero, en sufragio de los caídos en la Plaza Libertad. Que conste, queridos hermanos, la Iglesia no tiene otra intención que orar por los muertos; y cuando se trata de muertos por la violencia, recoger también el mensaje de esa violencia, que lo hemos repetido aquí muchas veces: no habrá paz mientras se quiera construir la paz con la represión. Solamente habrá paz cuando se respeten los derechos del hombre, entre los cuales está el derecho natural a participar en la política y en el gobierno de los pueblos para trabajar, desde los propios dones que Dios nos ha dado, al bien común de la nación.

Creerse insustituibles y no querer que otros colaboren, es un atropello del cual resultan -como dijo el Papa- duelos que se lamentan como frutos de la violencia. Quiera el Señor que estas oraciones por el P. Grande y sus compañeros de muerte y también en sufragio de los otros difuntos, sean entendidas como verdaderos mensajes de la Iglesia. Que quede bien claro: que la Iglesia tiene una finalidad religiosa, y sólo de esa religiosidad, de esa unión con Dios, de esa oración, derivan sus reflejos en lo social, en lo político y en lo económico. Pero que todo grupo de liberación, todo partido político, toda agrupación que netamente busque estas finalidades terrenales, no tiene que utilizar a la Iglesia en sus altas finalidades religiosas; y nadie tiene también el derecho de confundir los fines religiosos de la Iglesia cuando ellos coinciden con los fines temporales de otras agrupaciones. La Iglesia tiene una misión de transcendencia, de la cual, cabalmente, nos habla la palabra de hoy.
 

NOTICIAS ECLESIALES

Pero antes quiero enviarles un saludo cariñoso a las comunidades que me dieron tan cariñosa acogida en esta semana. Los Llanitos, un simpático cantón de Ayutuxtepeque; la parroquia de Concepción, donde inauguramos una clínica con la asistencia de generosos médicos; San Matías, donde el P. Guardado nos dio una acogida con su pueblo para celebrar al patrón San Matías: Monte San Juan, pintoresca colina donde se erige un templo bellísimo, al cargo del P. Antonio Alfaro. ¡Cómo gozamos en compañía de aquella buena gente! Cursillos de Cristiandad, -que en su Ultrella del lunes recién pasado, manifestaron propósitos de una renovación cristiana puesta al día con las exigencias actuales de la Iglesia. También, hermanos, para pedirles una oración por la salud de nuestro querido hermano el Padre Uberto Calderón, que se encuentra en la Policlínica. Y pedirles mucha oración y también mucha participación en la preparación que toda América Latina está haciendo para celebrar, el próximo octubre, la Tercera Reunión General del Episcopado Latinoamericano en Puebla: Clero, religiosos, religiosas y laicos que aman de veras a la Iglesia en Latinoamérica, tienen que estar muy despiertos y aportar todo lo que puedan para que esta reunión del episcopado sea realmente la voz de las preocupaciones auténticas de la evangelización en América Latina.
 

1. UN SIGNO DE REDENCIÓN PARA EL PUEBLO DE DIOS EN EL DESIERTO

Les decía, pues, hermanos, que la palabra sagrada de hoy, siguiendo un esquema desde hace muchos siglos, es como un directorio, como un esquema de escuela que se ofrece a los catecúmenos. Eran los que se estaban preparando para recibir el bautismo el Sábado Santo en la noche. Nosotros, gracias a Dios, ya somos bautizados, pero el Concilio Vaticano II nos invita a hacer de la Cuaresma una toma de conciencia de lo que es nuestro bautismo. Lo recibimos sin darnos cuenta, pero cada año la Cuaresma tiene que ser una conciencia nueva de lo que significa ser yo un hombre bautizado. Y, entonces, las lecturas entresacadas de la Biblia para los catecúmenos de otros tiempos, sirven para los cristianos de hoy. Y nos hablan del bautismo al mismo tiempo que nos van exponiendo, en una forma atractiva, la historia de la salvación.

Recordarán que hace dos domingos, ler. domingo de Cuaresma, la historia de la salvación se inicia con la creación en el Paraíso y Adán y Eva en su primer pecado y la promesa de una redención. Hace ocho días se destacaba la figura de Abraham, el hombre escogido en el pueblo antiguo para formar un Pueblo de Dios del cual va a nacer como una promesa de redención para todos los pueblos, Jesucristo, el Hijo de Abraham, el hijo de David. Y ahora surge un tercer personaje en la Cuaresma: Moisés.
 

MOISÉS, LA FIGURA-INSTRUMENTO DE DIOS PARA LIBERAR A SU PUEBLO

Yo les invito, hermanos, a que en esta semana ustedes mismos lean el libro del Exodo. El Exodo viene a ser para el Viejo Testamento -dicen los biblistas- lo que es para el Nuevo Testamento la Encarnación de Cristo: el evangelio de la Encarnación. No tiene sentido el Evangelio sin aquel anuncio del ángel a María de un Dios que se hace hombre. Así, también, toda la vieja historia de la Biblia arranca de aquella iniciativa de Dios: de formarse un pueblo, del cautiverio de Egipto llevarlo a la libertad, hacer con él una alianza. Y el personaje central del Exodo, el personaje-instrumento de Dios para esta alianza, para ésta liberación, para esta forja de un pueblo que se distinga con perfiles, con leyes, con institutos tan propios, es Moisés, figura gigantesca, colina del Viejo Testamento. No podemos pasar esta Cuaresma sin dedicarle a él un pensamiento, ya que la Cuaresma nos prepara para la fiesta de la redención. En la redención aparecen estos personajes presagiando ese redentor, anunciando esa redención. Y Moisés se nos presenta en la lectura de hoy en un breve -diríamos- relámpago, como esas fotografías que se toman a relámpago. Moisés está dando golpes con su vara a la roca de la cual brota un agua prodigiosa.
 

LA ACTITUD DEL PUEBLO DE DIOS MURIÉNDOSE DE SED EN EL DESIERTO

Para comprender toda la belleza de esta figura, hay que tener el marco histórico en que sucedió. Fue cuando los israelitas huyendo de Egipto se encuentran en el desierto sedientos y casi blasfeman: "¿Está o no está Dios con nosotros? ¿Nos vas a dejar morir de sed? Mejor no nos hubieras sacado de aquel cautiverio." ¡Qué difíciles son los pueblos ante los que los quieren redimir! Y Moisés se dirige a Dios, -es el escape de todo profeta: orar- "¡Señor! ¿qué hago con este pueblo?, me van a apedrear, me van a matar!". Y Dios, con la serenidad de la omnipotencia, Él que va guiando por pasos difíciles que parecen imposibles a los pueblos, calma a Moisés.

Hermanos, la actitud del pueblo en un desierto, muriéndose de sed y que luego se hace historia de Israel, pueblo también de estepas, de arideces, el agua tiene un lenguaje único, el agua que nuestras bocas sedientas toman con avidez. De allí toma su figura este liberador para transmitir a la posteridad cristiana, lo que ha de ser la redención.
 

2. LA REDENCIÓN QUE CRISTO TRAE AL MUNDO: "EL QUE TENGA SED, VENGA A MÍ Y BEBA"

Por eso, cuando Cristo Nuestro Señor quiere explicar en qué consiste la redención que Él trae al mundo, usa esa palabra: "El que tenga sed, venga a mí y beba". Pero creo que entre las explicaciones de Cristo -valiéndose de esta comparación, el agua- no hay un pasaje más bello que el que se ha leído hoy en el Evangelio de la Samaritana.
 

LA RESPONSABILIDAD DE RECIBIR EL BAUTISMO

Es una bonita catequesis del bautismo. Si queremos comprender qué ha hecho Cristo conmigo cuando mi padre y mi madre me llevaron al bautismo, leamos el pasaje de la Samaritana y tendremos una idea en esta Cuaresma, para darle gracias a Dios por ser un pueblo de bautizados. Es una lástima, hermanos, que vivimos una dignidad, una grandeza tan excelsa: ser bautizados y no haber comprendido lo que significa ese momento que tal vez se ha quedado allá entre los recuerdos de la infancia, pero que no es para nosotros un motivo de gratitud a Dios, un compromiso con Nuestro Señor.

Gracias a Dios que las comunidades actuales están estudiando y reflejando muy a fondo la responsabilidad del bautismo. Por eso, insistimos, hermanos, escúchennos bien, que, hoy, para bautizar a un niño es necesario que reciba unas explicaciones pre-bautismales. No hagamos del Bautismo un acontecimiento social, solamente para hacer una fiesta en la casa, para entrar en parentesco de compadres con un personaje que tal vez nos conviene socialmente, políticamente. ¡No es eso el Bautismo! Es que va a crear una nueva relación con Dios el que nació hijo de sangre y de la carne. Oigamos cómo Cristo va instruyendo a esta mujer, hasta convertirla a la fe.
 

CRISTO NOS ENSEÑA A TRASCENDER LA REALIDAD INMANENTE

La primera escena parte de una necesidad fisiológica: tener sed. Una mujer que llega con su cántaro al pozo y un judío que le pide: "¡Dame de beber porque tengo sed!" Es mediodía. De verdad Cristo tenía sed. Y le pedía de verdad agua del pozo a la Samaritana. Pero el primer impulso de aquella mujer -las relaciones humanas, políticas- es "¿Cómo me pides de beber tú, que eres un judío, a mí, que soy una samaritana? ¿Que no ves que no nos podemos entender?". Y Cristo parte de esta realidad mezquina, pequeña de los hombres para orientarla a la transcendencia: "¡Ah si supieras quién es el que te pide, tú le pedirías y Él te daría un agua viva que salta hasta la vida eterna!" La mujer todavía entiende las cosas materialmente: "¿Cómo me vas a dar agua tú si no tienes con qué sacarla de este pozo? ¿Que acaso eres más grande tú que nuestro padre Jacob que nos dio este pozo?"

¡Qué pequeñas son las miradas del hombre cuando sólo mira la inmanencia, las cosas de la tierra! Por eso les decía antes: no confundan la perspectiva de Cristo con la perspectiva del hombre; no confundan nunca la liberación del cristianismo con las liberaciones temporales, económicas, sociales, políticas. Lamentablemente este es un grito de calumnia contra la Iglesia, queriendo confundir sus rectas intenciones trascendentes. Como la Samaritana, se parecen los necios de hoy: la Iglesia se mete en política, la Iglesia es subversiva, la Iglesia predica a los pobres.

Hermanos, es la visión miope de las liberaciones de la tierra. Cuando un grupo liberador quiere manipular la Iglesia para sus fines temporales, está abusando de la Iglesia y la Iglesia no se deja. También cuando un grupo de prepotencia o de política, de dominio, quiere utilizar a la Iglesia para sus fines, se quiere manipular la Iglesia y la Iglesia no se puede dejar. Es Cristo que no quiere perder su perspectiva de eternidad que le está ofreciendo a la Samaritana por una visión de sed. Prefiere sacrificar la sed de su garganta pero no traicionar la finalidad de esta sed eterna que Él está queriendo saciar en aquella mujer que tiene sed de cosas mucho más graves que la sed de su garganta.
 

CRISTO NOS ELEVA A UNA RELACIÓN DE FE

El hecho es que viene la segunda escena donde Cristo eleva a esta mujer, la invita a una relación de fe. Y la mujer, cuando le dice Cristo: "Vete a llamar a tu marido". La mujer es franca y le dice: "No tengo marido". Cristo es franco también: "Has dicho verdad, cinco hombres has tenido y el que tienes hoy no es tu marido". ¡Qué triste es la realidad de la gente que cree que no tiene sed de cosas espirituales cuando se está muriendo en la miseria moral!

Por eso, hermanos, la Iglesia se asocia a las liberaciones de la tierra, pero para darles un sentido trascendente, para decirles: no se contenten únicamente con las cosas temporales; miren más allá. Entonces, cuando la mujer se ve sorprendida en su vida Íntima, hace esta confesión: "Señor, veo que eres profeta". Y quizás, como quien quiere rehuir la conversación, lo lleva a un tema profético y le dice: "Ya que tú eres profeta, ¿qué piensas tú de esta controversia entre judíos y samaritanos? Ustedes los judíos dicen que a Dios hay que adorarlo en Jerusalén, en el templo, y nosotros decimos que aquí". Y estaba el pozo de Jacob al pie del monte Garizim, donde según la tradición samaritana, se erigieron los primeros altares del pueblo de Dios. Y Cristo le responde con la libertad de los verdaderos hijos de Dios: "No te fijes en controversias religiosas, ya llega la hora, ya está aquí el que es redentor, sabe que va llegando esa hora en que Dios, es adorado no en esta montaña ni en Jerusalén, Dios es adorado en espíritu y en verdad". Dios es espíritu, no necesita templos. El templo de Jerusalén tuvo un sentido relativo como todos los templos de la tierra. ¡Que se roben los templos de Quezaltepeque, que importa! No es eso la religión. Que nos roben los templos materiales, de esto está llena la historia de la Iglesia. No es por eso que está la Iglesia en la tierra. La Iglesia es otra cosa, le dice Cristo, la Iglesia busca adoradores de Dios en espíritu y en verdad; y esto se puede hacer bajo un árbol, en una montaña, junto al mar. Donde haya un corazón sincero que busca sinceramente a Dios, allí está la verdadera religión.

Esto, hermanos, escandaliza a muchos, porque muchos han querido amarrar a la Iglesia a estas cosas materiales; y a esto llaman prestigio, a esto llaman fidelidad: a sus tradiciones. Esto, a veces son traiciones a la verdad de la Iglesia. Dios es espíritu y no necesita los poderes y las cosas de la tierra, busca sinceridad en el corazón. Un llamamiento a la Samaritana que se convierta por encima de todas sus tradiciones y de todas las controversias. Ya está llegando la pecadora al punto en que Cristo la quiere encontrar.
 

CRISTO SE REVELA AL QUE SE CONVIERTE

Por eso, aquel diálogo tan interesante junto al pozo termina con una inquietud de la Samaritana: "Señor -le dice- yo sé que vendrá un Mesías. Cuando ese Mesías venga, Él nos va a enseñar todo". Y entonces aflora la belleza del diálogo cuando Cristo, brevemente le dice en el versículo 26: "Yo soy, el que estoy hablando contigo." ¡Qué hermosa revelación! Un hombre llega a ver a través de sus miserias, a través de sus miopías, a través de sus cosas de la tierra, que se ha dejado elevar poco a poco por Cristo y ese Cristo se le descubre en la satisfacción profunda de la conciencia: "Yo soy, el que estoy hablando contigo". Hoy mismo, queridos hermanos, cada uno de ustedes, yo mismo, sentimos, si de veras hemos venido a nuestra misa con fe, que nos encontramos con Cristo.

Por eso les digo: No es mi persona ni mi palabra de hombre la que interesa en mi mensaje de ministro de Cristo, como me dice la francesa: "yo no soy más que una voz de aquel ser oculto que se quiere encontrar contigo". Ojalá mi pobre palabra despertara esa inquietud de tantos y tantas que como la Samaritana ansían redención pero la buscan en un cántaro de agua, en un pozo bajo tierra y no se elevan con Cristo a encontrarse en la belleza de aquella verdadera redención: "Yo soy, el que hablo contigo".
 

EL HOMBRE QUE ENCUENTRA A CRISTO SE CONVIERTE EN SU APOSTOL

Y cuando la mujer se siente que ha encontrado al que ha esperado todo su pueblo durante tantos siglos, deja su cántaro olvidado. Ahora sí sobra el cántaro y sale corriendo a la ciudad de Siquém y anunciando a todos: "¡Vengan a ver! ¿Será este el Mesías? Me ha dicho todo lo que he hecho". No le avergüenzan ya sus pecados.

Hermanos, la Iglesia no se avergüenza de sus pecados, sabe que es humana, sabe que está compuesta por nosotros, miserables, frágiles. Cuando los enemigos nos echan en cara los pecados de la Iglesia, no se dan cuenta que nos están elogiando en la autenticidad. Si somos una Iglesia de hombres, una Iglesia de frágiles, una Iglesia de pecadores, la Iglesia de la Samaritana que va diciendo a los samaritanos, sus paisanos: "Me ha dicho que tuve cuatro hombres y no tengo marido. Me han dicho la verdad, vengan a ver".

Cuando ese descubrimiento de nuestras miserias se recibe con humildad y se ilumina con fe, cuando hay buena voluntad, hermanos, hasta en las deficiencias de la Iglesia se encuentra a Cristo. Pero cuando el ojo está sucio, cuando hay intenciones tan viles en los calumniadores, cuando las plumas están bien pagadas para calumniar y los locutores de radio lo mismo les da vender su voz a la verdad que a la mentira, entonces no hay sinceridad y el mismo Cristo puede hablarles y no convertirlos. Porque Cristo dice: "No todos reciben con buena voluntad este mensaje y esta palabra".
 

ES LA HORA DE LA IGLESIA

Entonces la Samaritana se ha convertido en apóstol y como apóstol atrae muchedumbres a Cristo. Y esta es la última escena de este diálogo precioso de Cristo con la Samaritana. Podíamos llamar esta última escena: la Hora de la Iglesia. Ya no será Cristo el que predica personalmente, será Él a través de la Samaritana, será Él a través de todos los pueblos que vayan creyendo en Él. Y venía la muchedumbre de samaritanos a convencerse y a creer. Y le decían a la Samaritana: "Ya no creemos por lo que tú nos has dicho sino que lo hemos visto y lo hemos oído y ya Él nos ha dicho: Yo soy!" Esta es, hermanos, la resolución de todo acto de fe. Puede comenzar por el consejo de una mamá, de una esposa, de una novia, de un amigo, de un libro; a través de esa lectura, a veces sin sentido, nos inquieta algo y lo vamos buscando; y llega un momento en que ya no es el libro, ni la mamá, ni la novia, ni la esposa sino que la voz se presenta clara: "yo soy el que estoy hablando contigo en el silencio de esta oración, en el secreto de esta Iglesia, en la sinceridad de tu corazón. Nos hemos encontrado, ya eres cristiano". Esta es la Cuaresma. Por eso, cuando Cristo terminaba su relato les dice a los apóstoles: "Levanten la mirada, miren los campos, las faldas del Garizim, los campos regados por las aguas de este pozo. ¿No dicen ustedes que hay cuatro meses entre la siembra y la cosecha? Pero yo les digo: esta siembra de Dios, estos trigales de la Iglesia, no necesitan tiempo para sembrarse y madurar, porque el mismo segador está recibiendo la paga del sembrador". Es obra de Dios la hora de la Iglesia.

Hermanos, ahora también en la Arquidiócesis, Cristo nos invita a levantar la mirada. Miren cómo blanquean las mieses para la cosecha, miren mientras las abonan, a aquellos que la persiguen, cómo el abono que es estiércol se convierte en cosecha, en las almas buenas perseguidas, en las incomprendidas y están dando cosechas abundantes. Es la hora de la Iglesia.
 

3. LA SALVACIÓN ES INICIATIVA DE DIOS

Por eso, hermanos, termino con la segunda lectura donde San Pablo nos describe el secreto de esta cosecha de Iglesia. ¿Por qué se convirtió la Samaritana? ¿Por qué se convirtieron los samaritanos? ¿Por qué se convierten los hombres que hace algunos meses se habían alejado de la Iglesia y ahora están volviendo? ¿Por qué hay una conversión, una penitencia en el corazón del pecador, del hombre frívolo, de la juventud? Hermanos, ¡qué encantador es ver que ahora jóvenes que antes dilapidaban su amor y su juventud, están encontrando algo serio en aquel que los llama de la sed de las cosas de la tierra, de la sed de pasiones, de la sed de inmoralidades, a esta fe nobilísima del Reino de Dios! Son comunidades de jóvenes, son comunidades de matrimonios, son cosechas de almas por todas partes que de veras están exigiendo brazos para recoger esta cosecha ¿Por qué? San Pablo nos dice hoy: "La iniciativa es de Dios".
 

EL AMOR INFINITO DE DIOS

En esto conocemos el amor infinito de Dios y meditémoslo mucho hoy que se acerca la Semana Santa cuando miremos pasar al dulce "Nazareno de la túnica morada" como dijo el poeta. No lo miremos como una poesía, como algo folklórico de nuestras tierras, las bellas celebraciones de Semana Santa, Recordemos en la imagen del Nazareno, en la imagen del crucificado, en el Cristo resucitado, el infinito amor de Dios que San Pablo nos describe hoy con un rasgo incomparable. Dice: "En esto conocemos el amor de Dios, en que siendo todavía enemigos de Dios y siendo miserables pecadores, nos mandó a su Hijo a salvarnos". ¿Quién da su vida por otro hombre? Si acaso, por un hombre de bien habrá quien la de, dice San Pablo, pero dar su vida, y vida de Dios, por un pecador, eso es una locura de amor, la locura del amor de Dios. El que no siente asco por nosotros, los primeros pecadores, y por aquellos que nos quieren sacar los trapos al sol, siendo los más pecadores porque no mirán la viga que llevan en su propio ojo, queriendo sacar la basura del ojo ajeno.

Todos somos pecadores y todos tenemos que volvemos hacia Dios. Y este es el llamamiento de la Iglesia a todos, a sus hijos, aún a los más santos y a sus hijos pecadores y a los que no son de su reino, a todos los hombres. Por todos ellos quiere la Iglesia imitar en algo al Señor que da su vida aún por aquellos que son sus enemigos y que se conviertan: el amor de Cristo.
 

LA CONVERSION

Y queda la conversión. Y San Pablo en la segunda lectura de hoy como que define el panorama psicológico de la Samaritana. Fíjense, comparen, hermanos, con qué ánimo venía la Samaritana cuando venía al pozo y compárenla su espíritu con que va ahora de vuelta a su pueblo. Está convertida y siente lo que San Pablo nos ha dicho en la carta de hoy: "Hermanos, estamos en paz con Dios. Por Él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en la esperanza, nos gloriamos apoyados en la esperanza de la gloria de los hijos de Dios". ¡Qué bella es la vida, hermanos, cuando nos hemos encontrado con aquel que viene a salvarnos! ¡Qué bella es la vida cuando se lleva paz en la conciencia y esperanza de los bienes futuros! ¡Qué valiente es la situación de un cristiano!. No le tiene miedo a las armas ni a las torturas ni a los atropellos cuando lleva la paz de decir la verdad y la esperanza de recoger un premio por la fidelidad en esta tierra. Esto es lo que tenía la Samaritana, es lo que van recibiendo todos los que se convierten.
 

PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTAR

Y mi homilía de hoy, pues, hermanos, a los bautizados y tal vez a los no bautizados, a los que han sido fieles o traidores a su Bautismo, es para hacerles un llamamiento: acerquémonos a nuestra Semana Santa, tal vez distraídos como la Samaritana buscando agua de esta tierra pero con un ansia de encontrar el agua que salta hasta la vida eterna. Recordemos en este Sábado Santo, que el Bautismo que nos dieron hace muchos años, hizo brotar en nuestro interior, en nuestra intimidad, una fuente de aguas vivas. Allí la llevas, ¿por qué te estás muriendo de sed? Siéntela, vívela, hazla florecer. Esta es la Semana Santa que queremos...
 

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