CARTA DE LA TIERRA
Francisco Gutiérrez y Cruz Prado
1. Proceso de la Carta de la Tierra
Desde la preparación de la Cumbre de la Tierra en Rio 92 surgió la idea
de que las Naciones Unidas aprobaran una carta que recogiera los derechos
y los principios básicos de conducción de las gentes, naciones y pueblos
respecto al ambiente y al desarrollo a fin de asegurar la viabilidad e
integridad de la Tierra, como hogar acogedor, tanto de la vida humana como
de las otras formas de vida del planeta.
La reunión inaugural del Consejo de la Tierra se impuso como una de sus
tareas prioritarias la elaboración de dicha Carta de la Tierra insistiendo
en las exigencias morales de sostenibilidad, asà como en las normas del
comportamiento estatal e interestatal requeridas para preservar y promover
la vida en el planeta Tierra.
En abril de 1994, el Presidente del Consejo de la Tierra, Sr. Maurice
Strong y el Presidente de la Cruz Verde Internacional, Sr. Mijail
Gorbachov, acordaron llevar adelante la iniciativa de la Carta de la
Tierra en dos fases:
•el uso de las muchas e importantes declaraciones y convenios que se
han completado durante las últimas dos décadas, en vistas a identificar
valores y principios básicos que deberÃan ser incluidos en la Carta de la
Tierra, y
•la apertura de un proceso de alcance amplio de consulta y compromiso
de los diferentes sectores de la sociedad civil para que desde su práctica
cotidiana, visualizaran y propusieran los valores que deben fundamentar la
elaboración de la Carta.
La Carta de la Tierra deberá ser en consecuen-cia el resultado de un
proceso participativo a nivel mundial tendente a definir un sistema
operacional de valores que guÃen nuestro comportamiento, nuestras
relaciones y esfuerzos para el desarrollo sostenible.
2. Fundamentos de la Carta de la Tierra
La viabilidad del desarrollo en una sociedad sostenible sólo es posible
y factible a través de un cambio de actitudes, comportamientos y estilos
de vida dentro del más profundo respeto de las diferentes etnias y
culturas.
En este sentido, las propuestas de la Carta tienen que basarse en la
más amplia y abarcadora dimensión del desarrollo sostenible y no en un
ambientalismo superficial que centra su interés en un control y una
gestión más eficaces del ambiente natural a beneficio del ser humano.
El desafÃo de la sociedad sostenible es crear nuevas formas de ser y de
estar en este mundo. Este desafÃo de la Carta no deberá basarse en
verdades transmitidas, o en discursos proclama-dos, y ni siquiera en
hermosas palabras inspirado-ras, sino primordialmente en la vivencia
sentida por las personas y grupos y consecuentemente por el más claro
sentido práctico relacionado con situa-ciones especÃficas y con las
posibilidades de los diferentes sectores poblacionales.
La Carta debe tender hacia la formación de un ciudadano capaz de
desarrollar formas de vida, en correspondencia con la nueva categorÃa
social del desarrollo sostenible; debe buscar la construcción de formas de
convivencia a escala planetaria tanto a nivel comunitario como
institucional; debe, en suma, asentar la conciencia mundial en normas
claras relacionadas con lo espiritual, ético, existencial, ecológico y
epistemológico, las cinco «e» básicas propuestas por Luis Weinstein cuando
se refiere a la ecologÃa del yo y el desarrollo sostenible.
3. Objetivos de la Carta de la Tierra
•Poner en marcha un extenso proceso de consulta entre los sectores
mayoritarios que afectan el desarrollo sostenible, de modo que la
elaboración de la Carta sea el resultado de dicho proceso. Esto, en el
entendido de que sólo asà dicha Carta podrá llegar a ser el código
universal de conducta, por estar basado en valores y principios
provenientes de las diferentes culturas y sectores sociales. Si bien, una
vez promulgada por las Naciones Unidas será en este campo el equivalente a
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por el proceso de
elaboración se espera que sus efectos sean mucho más directos y amplios.
•Lograr que la Carta sea el resultado de los diversos aportes prácticos
de las experiencias y vivencias provenientes de la más amplia
participación de personas, organizaciones, comunidades, colectivos e
instituciones que conforman la sociedad civil.
•Fundamentar la Carta en los valores de los distintos sectores y grupos
sociales de modo que refleje con la mayor fidelidad posible la ética
integral que está a la base del comportamiento cotidiano y de la relación
armónica entre lo sensorial y lo conceptual, entre lo mediato y lo
inmediato, y entre el desarrollo económico, social y ecológico.
•Promover el desarrollo de intereses y formas operacionales que
contribuyan al enriquecimiento de la capacidad para que, ya sea
individualmente, ya como grupo, sepan tomar las decisiones y estrategias
inherentes al desarrollo sostenible.
•Procurar que la Carta ofrezca guÃas concretas y procedimientos claros
de conducta de cada individuo e institución con relación al medio ambiente
y al desarrollo, y con ello asegurar la integridad y bienestar de la
Tierra.
4. Proceso de la Carta de la Tierra
•En mayo de 1995 tuvo lugar en La Haya un taller con la participación
de destacadas personalidades de diferentes naciones y culturas en donde se
concordaron los puntos claves que deberÃan presidir el proceso de
elaboración y aprobación de la Carta de la Tierra.
•A partir de esta importante reunión se puso en marcha, por un lado, un
extenso proceso de consulta mundial entre diferentes sectores sociales y,
por otro, se promueven y organizan procesos educativos a gran escala y con
las más diversas organizaciones y movimientos sociales, con el propósito
de garantizar que los insumos de la Carta sean el resultado real de la
práctica cotidiana de la gente y las instituciones.
•En Rio 92+5 se analizan los primeros resulta-dos tanto de las
consultas como de los procesos educativos a fin de dimensionar, prever y
promover con la mayor precisión los resultados del proceso de búsqueda en
vistas a la elaboración y aproba-ción de la Carta de la Tierra por las
Naciones Unidas en el año 2000.
•Muchas organizaciones, redes e instituciones de carácter mundial están
ya vinculadas a este proceso de búsqueda y de consulta. Las personas y
organismos que deseen incorporarse pueden ponerse en contacto con:
Miriam Vilela / Consejo de la Tierra / San José, Costa Rica / tel.:
506-256.16.11 / fax: 506-285.21.97 / info@terra.ecouncil.ac.cr /
http://www.ecouncil.ac.cr
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